Estas ahí, esperando el subte que va a llevarte al castigo diario que llamamos trabajo, rezongando porque te quedaste dormido, solo quince minutos, disfrutaste de la cálida lluvia de la ducha solo por cinco minutos mas de lo de siempre,
y eso fue suficiente para que tengas que salir corriendo sin siquiera desayunar, corriste hasta el subte para tratar de llegar tres minutos antes y poder al menos prepararte un café allá, pero la suerte no parece estar de tu lado, cuando pones el ultimo pie en el anden vez como se cierra la puerta del subte sin previo aviso.
Maldiciendo a todos los dioses que vienen a tu memoria al ver en el puesto de la estación la tapa de la Muy Interesante con la mascara de Tutankamón te dispones a seguir con ese día que pensás que fue signado por la mala suerte. Recordando todos los detalles que te depara el día laboral seguís contribuyendo a ese estado de animo pesimista que ya se ha vuelto tan común con el pasar de los días y los meses. Siempre deseante de vacaciones en las que cumplís con todas las obligaciones en vez de descansar mas que una tarde viendo televisión, lo cual no es un gran descanso.
Tan enojado con todo el mundo estas que cuando llega el próximo subte y te subís no tedas cuenta de que, por uno de esos misterios del universo, esta casi vacío.
Reaccionas después de un minuto cuando empezó ya el movimiento que no hay una masa humana que detenga tu caída y casi golpeas el piso con fuerza, pero te agarras justo del barral. Levantando la vista para ver a la masa inexistente de viajantes ves acomodada al lado de la puerta a lo que describirías como un ángel. Pequeña de no mas de un metro cincuenta y siete de alto, enormes ojos verdes, unos labios rozados y carnosos como nunca habías visto, totalmente invitadores a morderlos. Un cabello entre rubio y rojizo, imposible encasillarlo solo en uno de esos colores, cada rayo de luz generando un brillo diferente en esa cabellera, es casi imposible no caer bajo el hechizo de tal belleza. Tiene una mirada triste, y no podes dejar de especular que es por un mal de amores, querés que sea eso, querés que alguien halla sido tan estúpido como para lastimar una chica así. Comienza a levantar la cabeza, esta por mirarte con esos enormes ojos invitadores, ojos que sentís que te transportaran a un universo que nunca habías conocido antes, pero sentís la fuerza de la frenada del subte, y desviás la mirada para confirmar estúpidamente que no llegaste a donde te tenes que bajar.
Volvés a mirarla, pero ella ya no mira hacia donde estabas vos, sentís que tenes que hacer algo, es la primera vez que sentís eso, empezás a mirarla tratando de saber que hace de su vida, pero el saco negro hasta mas allá de las rodillas y la bufanda no te dan muchas pistas, tiene una carpeta grande, tal vez sea estudiante de algo. tal vez sean archivos de la oficina o simplemente una carpeta que compro par alguien mas pero vos querés que sea una estudiante universitaria, querés que sea inteligente, brillante.
Te quedas mirando esos ojos que parecen mirar todo lo que los rodea menos a vos, querés que te mire, pero no sabes que hacer cuando lo haga, ¿sonreír?, ¿saludarla?, ¿mirar para otro lado?, no, ¡esta vez no! esta vez vas a conquistarla.
Finalmente sus ojos se encuentran con los tuyos, nervioso, estas por dejar de mirarla cuando de la nada una sonrisa se dibuja en su rostro muy lentamente, al notar eso sonreís de repente y te asombras de lo fácil que los nervios se van disipando. Luego miran ambos hacia lugares opuestos del vagón, como con un acuerdo tácito recorren lentamente el vagón hasta que los ojos se vuelven a encontrar y ambos sonriente al mismo tiempo. Ella comienza a recorrer tu cuerpo con la mirada, y vos esperas ansioso a que vuelva a mirarte a los ojos, deseando poder leer que piensa. Cuando ella termina de examinarte desde la lejanía y vuelve su atención hacia tus ojos esta sonriendo todavía, le gustaste, y eso te complace, ves como ella se acomoda para que puedas vos la puedas ver mejor, a pesar de pesada ropa de invierno que lleva, y tal como hizo ella comenzás a recorrerla con la mirada admirando el cuello delicado apenas visible debajo de esa bufanda gruesa, y admiras un cuerpo atractivo y sugerente, vez como su saco se cierra levemente en la cintura, es imposible disimular la sensualidad que ella posee y solo podes imaginar que delicioso seria poder compartir un momento de intimidad con ella. Nuevamente sentís el frenar del subte, maldecís el no estar preparado y recorres la distancia entre tu posición y la puerta en menos de un segundo, finalmente estas cerca de ella. Volvés a mirarla a los ojos sonriendo, ella se esta riendo de tu pequeña pirueta de volatinero principiante, pero no con malicia y parece complacida de tenerte mas cerca.
Tenerla cerca es una experiencia mas fuerte de lo que creías, su perfume es penetrante a pesar de la distancia, su aroma, intoxicante, llena el espacio entre ustedes, ahora el subte se encuentra mucho más lleno de gente, pero nada parece importar, se encuentran en una especie de universo particular, hablando con la mirada y pequeños gestos, te acaricias una melena imaginaria y luego pasas tus dedos por los labios, ella se sonroja un poco y sonríe tímidamente, comprendiendo que estas elogiando lo que mas te gusta de ella.
Ella se acaricia la frente y los ojos y toca sus labios, notas que cuando lo hace le tiemblan levemente y que el pálido matiz rojizo de la timidez se vuelve mas fuerte. Ella quiere un beso y vos querés besarla. Tratas de acercarte a ella, pero la gente impide que pases, no entienden lo importante que es que puedas acercarte a esta desconocida. Sentís que el subte empieza a frenar y ves como ella empieza a acomodarse para bajar, sin dejar de mirarte, estas tan cerca, pero no podes acercarte mas, te das cuenta que desde la ultima estación solo podías ver su precioso rostro y sus manos. Empezás a pelear para acercarte, para bajar con ella tomarla en tus brazos, besarla y luego preguntarle su nombre. El subte para y la cara de ella cambia de repente como si se hubiera colocado una mascara blanca y rígida, no sabes si esta enojada o si es que tiene que bajar, la vez bajar mientras seguís nadando en ese mar de gente, pidiendo permiso, pisando a desconocidos sin ningún remordimiento, y tratando de surcar los apenas 2 metros que te separan de la puerta. ella esta de espaldas, caminado fuera del vago ya, cuando vos ves la posibilidad de poner un pie fuera, tan solo 2 pasos mas.
La puerta se cierra bruscamente y sin aviso, vos golpeas fuertemente la puerta con todo el cuerpo, mientras ella se da vuelta y te dedica una mirada triste y desesperanzada. El subte empieza nuevamente su marcha y vos ves como se aleja triste hacia la escalera, caminando rápidamente. Maldiciendo la suerte de ese día, que parecía mejorar, a la compañía de subtes, a la gente que viaja en ellas y a cada partícula del universo que podes recordar seguís viaje hacia la monotonía de tu rutina.
Antes de bajar en tu estación miras el reloj, estas llegando tarde, pero no importa, posiblemente mañana vuelvas a llegar tarde, esperando el subte cercano a las 8:57, y esta vez estarás preparado, solo falta que ella esté ahí mañana, o tal vez pasado. Tal vez nunca vuelva a viajar a ese mismo horario, pero no importa, vale la pena, aun a pesar de la tristeza posterior, la esperanza de encontrar de nuevo a quien te enamoró en tan corto trayecto.
A fin de cuentas, ¿cuanto más dura el amor que simplemente tres estaciones?