miércoles, julio 26, 2006

Ishanti II

Segunda parte.

Tom el ruloso despertó en la puesta de la ciudad.
A su lado estaba Tom el pelado, jugando con una nuez.
Vio la ciudad bulliciosa y supo que debía partir.
Fue hacia la costa a darse su primer baño en mucho tiempo
Tom el pelado quiso acompañarlo.
Tom el pelado subió sobre la cabeza de Tom el ruloso.
Al llegar al agua, Tom el pelado se lanzó hacia ella
Tom el pelado no sabía nadar.
Tom el ruloso agarro a su amigo del agua y lo subió a su cabeza.
Tom el pelado nunca mas salto al agua sin pensarlo.
Partieron juntos hacia el este, sin saber si debía ir hacia allá
Luego de dos días, Tom el ruloso se detuvo a alimentarse.
Tomo una lagartija del sueño y la asó, desde niño no comía lagartijas.
Tom el pelado la probó, luego prefirió no comer.
Charlaron toda al tarde en su idioma de señas.
Descansaron bajo un árbol, como previendo el destino.
Partieron al amanecer, callados como sintiendo peligro.
Caminaron por semanas casi sin detenerse.
Durmiendo minutos desperdigados por la noche.
Algo los perseguía, algo los buscaba, algo que ellos debían encontrar pero no querían.
En las noches veían una luz negra que se acercaba desde el sur.
Tom el ruloso no estaba fuerte como antes.
Estaba cansado, necesitaba alimentos y dormir.
Tom el pelado estaba nervioso y ya nunca se alejaba del cuello de Tom el ruloso.
Decidieron dejar de escapar, comer bien y esperar su aparición.
Fueron calmadamente hacia el final del bosque que transitaban.
En el claro más lejano de los árboles esperaron 3 días.
La negra luz se movía de noche y podían verla.
Sus corazones estaban oprimidos.
Ellos eran los que debían encontrar algo, no algo encontrarlos a ellos.
Estaban lejos de cualquier lugar conocido, no querían avanzar más.
Trataron de disfrutar de sus días allí, con lo que el bosque y el claro les ofrecían.
Tom el pelado desapareció la última noche.
Tom el ruloso lloro sin saber porqué.
No era que debía enfrentarse a eso solo.
Realmente estaba preocupado por Tom el pelado.
Tom el pelado era el único ser que Tom el ruloso podía llamar amigo.
La negra luz estaba a un día de camino y no sabía que pasaría.
Camino hacia su encuentro esa mañana, ya nada importaba.
Ella apareció seguida por sus lobos, flotando.
¿Ella era lo que el buscaba?
Su sonrisa lo desconcertó, ella no era Ishanti, solo era problemas.


Fin de la segunda parte.

sábado, julio 01, 2006

Ishanti I

Primera parte.

Tom el ruloso salio de su casa un verano.
Solo llevaba un hacha, 3 pieles y una lagartija.
Su kilt estaba limpio como nunca antes, y salio sin alguna bolsa.
Asumieron todos que esta vez no iría a cazar a las tierras lejanas, que solo caminaría.
Nadie sabía a donde iría, el, el más musculoso de la aldea.
Partió rumbo a los mares del norte esa misma tarde.
Camino 3 días y 4 noches, y en el amanecer del cuarto día, llego a un poblado.
Era el poblado mas cercano a su aldea, y pero no era conocido allí.
Pasó simplemente como n caminante y siguió por su sendero.
Su propio sendero, que nadie nunca había pisado jamás pensaba.
Y dejaba que el viento lo llevara.
Cruzo un rió cristalino, que solo estaba vivo en verano.
Comió a su orilla y luego siguió caminando.
Poco había en su camino que lo distrajera, solo la búsqueda de alimento lo distraía del caminar.
Luego de dos semanas d haber pasado ese ultimo poblado diviso humo a lo lejos.
Acelero el paso, por primera vez quería ver otros como el.
Llego solo ara encontrarse con las brasas de una fogata vieja, de mas de 6 horas.
Cuatro hombres, solos, seguramente buscaban animales exóticos.
Su decepción fue poca, y siguió caminando rumbo a los mares del norte.
Ellos seguramente no tenían lo que buscaba, pero...el no sabia qué buscaba tampoco.
Tres días depuse noto que un pequeño animal, apenas más grande que un ratón lo seguía.
Era no era muy peludo, y tenia largos dedos en manos y pies.
Trato de alejarse de el un par de días.
Al no poder hacerlo, lo adopto y empezaron a caminar juntos.
Lo llamo Tom el pelado, y caminaron juntos.
Gran ayuda era Tom el pelado, olfateando tormentas eléctricas y ratas de las montañas.
Desde ese día nunca más pasaron hambre ninguno de los dos.
Los meses pasaron y el frió se acercaba, la densa selva montañesa se iba durmiendo de a poco.
Desde una cima despoblada diviso el gran mar del norte y su puerto.
Noto que la actividad era pobre, tal vez el frió ahuyentara a los pobladores.
Tres semanas más de viaje tendrían que soportar, y Tom el ruloso ya comenzaba a dudar de si encontraría lo que fuera que quería encontrar.
En la plaza central una azulina luz los llamaba.
De repente la ciudad no existía, solo la negrura estaba a su alrededor.
Una dulce vos le susurro al oído: -Ishanti.
Debía buscara Ishanti, y no sabia que era.


Fin de la primera parte